Un mundo sin música

Desde tiempos inmemorables el ser humano ha vivido desde su nacimiento rodeado de música: canciones de cuna, canciones infantiles, canciones de trabajo, canciones rituales y religiosas..., sin embargo para la mayoría de las personas, la "plebe musical", por así decir, con una formación y cultura musical ínfima, son las canciones con letras pegadizas y populares, dejando la música instrumental para otras personas, los "músicos" como se denominan hoy en día.

Podemos hablar de música clásica o no clásica, pues ésta última está basada en la primera..., música de cualquier época, de cualquier lugar, vista como un conjunto: MÚSICA, un lenguaje universal que está por encima de las razas, las naciones..., en una sola palabra, la música es omnipresente.

Imaginemos un mundo sin música... muy sencillo: imaginemos que a todos los seres humanos les retiramos desde que nacen un sentido, el auditivo. La forma de ver el mundo, las cosas, las personas, las formas de comunicación..., todo cambiaría radicalmente. Hasta aquí todo va bien, pero como seguir imaginando un mundo así, hay un momento en el que el cerebro no responde y no nos deja seguir imaginando... ¿por qué? porque un mundo así estaría continuamente en un enfrentamiento con todo nuestro ser, acostumbrado desde siempre al sonido. En esto podemos ver los sufrimientos de Beethoven al quedarse sordo, pero este es un caso aparte, pues lo que componía lo podía oír en su cabeza, por así decir, gracias a su excepcional formación musical.

Pero pensemos en una persona normal, aún mas siendo un amante de la música, quedarse sordo sería como arrancarle un pedazo de su ser, porque se da cuenta de la importancia que tiene para para él. Y nosotros, que oímos perfectamente y no apreciamos lo que tenemos..., que nos quedamos pasmados viendo cómo cada vez menos existe una cultura musical, cómo va desapareciendo y cómo va quedando en manos de unos pocos.

Espero que estas pequeñas líneas hayan despertado un poco la visión de la música en la actualidad, como algo comercial para la "plebe musical", y donde toda la demás música va quedando obsoleta, en el olvido.